De pequeño mi abuelo me llevaba a ver al bombero torero en Salamanca. Curiosamente de mis dos abuelos el que me llevaba era el que no era taurino, lo cual demuestra que era el más cariñoso. La verdad es que no guardo ningún recuerdo al respecto, sé que fui un par de veces porque muy después, cuando pasábamos por delante de la plaza de toros, mi abuelo me lo recordaba.

Imagino que los nietos de los bomberos compañeros de
cinco bomberos catalanes, cuando sean mayores, recordarán lo mismo que yo. Al pasar frente al parque de bomberos dirán "mi abuelo me trajo varias veces a
ver al bombero etarra, no recuerdo nada al respecto, sólo una historia sobre unos compañeros que
fueron etarras, un rato, sin querer, sin saberlo,
gracias a las policías francesa y española, prensa europea mediante".
Hoy he leído dos intereseantes reflexiones al respecto,
la de Ramón Lobo y
la de Ignacio Escolar.
Mucho más interesante, como siempre, la de Ramón Lobo...
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