sábado, 13 de marzo de 2010

¿Debería titularse "Los cínicos no SERVIMOS para este oficio"?

No conozco a (casi) ningún periodista que no hubiera querido ser Kapuscinski, que no hubiera querido escribir como Kapuscinski, que hubiera querido vivir lo que vivió Kapuscinski, que no considere un ejemplo a Kapuscinski, que no admire a Kapuscinski...

Sabrán (imagino) que últimamente se le acusa de que mucho de lo que escribió como "no ficción" es, en realidad, "ficción". La diferencia no es baladí, es la diferencia entre un gran periodista capaz de escribir grandes novelas o un simple gran escritor. Y para los que amamos este oficio incluir, o no, la palabra periodista para referirse a alguien a quien se admira es algo importante. Para mi, al menos, lo es.

Leo en El País un muy interesante artículo de Timothy Garton Ash, en el que explica, de forma bastante aséptica, la polémica surgida tras el libro publicado por un discípulo de Kapuscinsky que lo acusa de inventarse parte de sus viviencias, y lo que puede suponer que sus relatos fueran reales o inventados. Al final viene a defender que da un poco igual que esa vivencias fueran reales o no porque siguen siendo geniales.
Yo no creo que de igual Porque no es lo mismo titular un libro "Los cínicos no sirven para este oficio" que "Los cínicos no servimos para este oficio".

Deben completar la lectura de Ash con la del genial Ramón Lobo, también en El País.


1 comentarios:

Antonio dijo...

¿Los estoicos sí? ¿O los platónicos? ¿O los tomistas? ¿Cuál es el ideal de comportamiento de un periodista? ¿Cuál deberían preferir los lectores/oyentes/espectadores? Como diría Rosa Díez (con perdón), lo que parece que sobra son sofistas, en el sentido más despectivo del término

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